Blanco



domingo, 5 de febrero de 2012

"Yo sufrí las consecuencias del método Estivill"

Navegando por Facebook, he encontrado este blog con una historia desgarradora de una niña que, ahora con 23 años, ha estado sufriendo en silencio durante mucho tiempo. A continuación copio algunos párrafos de su historia:



"A toda esa gente que aún cree que el método Estivill funciona. Esta es mi historia: a los 8 años me aplicaron el método Estivill y ahora, a los 23, me he dado cuenta de lo responsable que ha sido en mi difícil crecimiento.


15 años después del método Estivill;


A los 8 años yo era una niña con problemas para dormir, es cierto. Necesitaba una pequeña luz en la habitación y la puerta abierta. A menudo iba a la habitación de mis padres diciendo las clasicas palabras "no puedo dormir". Mis padres que, como todos, no han nacido sabiendo ser los mejores padres del mundo, llegaron a considerar que, en principio, a los 8 años yo debería poder dormir sola sin pedir ayuda ni levantarme por las noches, así que quisieron hablarlo con un médico experto en ese momento, un tal Estivill. Fuimos a su consulta y pareció que el método podria funcionar: "durante un mes, cierrenle la puerta a la niña, quitenle la luz y no permitan que les venga a visitar por la noche." Cada semana que lograra dormir sin pedir "ayuda" recibiría un premio. Pues bien. En mi casa mi padre era muy estricto conmigo y consideraba que yo les tomaba el pelo diciendo que no tenia sueño.

Como si la preocupación de un niño fuera atormentar a sus padres cada noche e impedir que duerman. Claro, somos unos psicópatas, nos encanta ver sufrir a nuestros padres. Total, al ver que en mi casa cuando pedia ayuda para dormir le parecía un estorbo a mi padre, quería demostrarle lo contrario portandome muy bien y recibir de sus manos cada semana una recompensa conforme era una buena niña y estaba orgulloso de mi.



Necesitaba su aprobación. Me obligué cada noche no tener miedo a la oscuridad ni a la soledad. Al principio me costó mucho, horas sin dormir con los ojos como platos... a veces caí a la tentación de levantarme, ir al salón y preguntar: "si vengo ahora vale?". Sólo hacia eso cuando me sentía demasiado sola. Sabía que dirian "sí, sí vale, vuelve a la cama" pero para mi, verlos era más que suficiente para aguantar un ratito más tranquila en la cama. Pasó un més. Lo hice muy bien. Tube un regalito casi todas las semanas. Eso sí, con un precio: cada noche me la pasaba llorando (sin hacer ruido, para que mis padres pensaran que lo estaba haciendo super bien) y poco a poco iba notando una sensación extraña en la barriga. Era como un vacio que no acababa de comprender, pero que dia tras dia cada vez le tenia más miedo. Tenia miedo a ir a la cama y tener esa sensación a la barriga, que a veces me subia a la cabeza, me costaba respirar y hasta me daban ganas de vomitar.


Evidentemente en casa no queria decir nada, porque estaban super contentos conmigo sabiendo que por fin dormia cada noche como un angelito, no les hacia ninguna visita y ¡Milagro! ¡dejé de tener pesadillas! Sísí, desde el método Estivill que por las mañanas ya no contaba si dormia bien o mal, si habia tenido pesadillas.... o si habia soñado algo bonito. No, dejé de contar mis sueños. Ni siquiera recuerdo si tenia sueños, pero lo que sí recuerdo es que dejé de hablar de las noches. Era algo que solo pensar me entraba esa cosa rara en el estómago. Fue un tabú para mi, no queria pensar en ello. Al cabo de unos meses el miedo a la sensación del vacio en el estómago, taquicardia (que por aquel entonces ni me daba cuenta ya que no sabia qué era) y las ganas de vomitar iban avanzandose al acontecimiento de ir a la cama. Primero empezaron a la hora de la cena, luego cuando volvia con el autocar del colegio, más tarde en el patio de las 17:00 al cole, hasta que empezaba a tener esa sensación que ahora ya lo reconozco por su nombre: "ansiedad", justo cuando terminaba de comer el almuerzo en el colegio. Los dias para mi pasaron de pasarmelo pipa en el cole y levantarme a menudo por las noches porque no podia dormir a:



- me levantaba, contenta porque faltaba mucho para ir a dormir

- iba al cole, contenta porque faltaba mucho para ir a dormir

- patio de la mañana: contenta porque aun faltaba para ir a dormir

- almuerzo: bueno, llegava el punto medio del dia, ya faltaba la mitad de dia para ir a dormir. Empezaba a tener miedo que me viniera ansiedad porque desde hacia unos dias ya me venia después del almuerzo.

- tarde: no me concentraba en las clases. Me costaba escuchar cuando tenia esa sensación en la barriga, a veces pedia ir al baño cuando me costaba respirar, pero no queria que nadie se enterara y se riera de mi así que decia que tenia pipí.

- la vuelta a casa: ansiedad total. dentro de poco iria a cenar y a la cama.- cena.... ya casi que no hace falta contar nada más. Por las noches dormia, sí. Porque pasaba un estrés tal durante todo el dia que estaba agotadísima a esas horas. Lloraba media hora o una hora si me apuras y caía rendida. (...)



(...) La gente ya sabia que me ponia enferma con facilidad. Era (hasta hace poco) una chica debilucha, que a la mínima que sentia que no me encontraba bien (a veces no sabia ver si era física o mentalmente) hacia cuentitis y me quedaba en casa. Era la forma de que mis padres me hicieran caso. Me encantaba quedarme en casa enferma. Incluso a veces alguno de mis padres se quedaba en casa para cuidar de mi. Y lo más fuerte de todo: esas noches me dejaban dormir con ellos. Eso era para mi la auténtica felicidad. No era de extrañar que me costara ir a clase sin poner alguna excusa para sentir el amor de mis padres. Pero bueno, era una niña responsable y sabia que no debía abusar. Eso sí, una vez al mes caia fijo! Era como un reloj (...)".



Os dejo el enlace de la historia al completo. Creo que no es necesario ningún comentario, sólo diré que es una historia que nos hace reflexionar y nos debería alegrar que La Safor al Pit no apoye estos métodos conductistas que no hacen más que causar traumas a los/las niños/as, a corto, medio y largo plazo y todo, por la comodidad o desconocimiento de algunos padres.


Gracias a este blog espero que se conciencien muchos padres de lo peligroso que puede llegar a ser este tipo de métodos.

Si alguien desea informarse más sobre los traumas por dejar llorar a los bebés/niños, recomiendo en gran manera que se lea el libro "Dormir sin lágrimas", de la psicopediatra Rosa Jové.